TDAH y TDA en universitarios
Psic. Lourdes K. Cortés Bernabé – Cédula profesional: 8133465
Hoy en día se habla con mayor frecuencia del TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad) y del TDA (Trastorno por Déficit de Atención); sin embargo, esto no es una problemática nueva, pues existen datos de que ya Hipócrates escribió en 493 a.C. sobre:
“… personas que anticipaban sus respuestas a los estímulos sensoriales, con poca tenacidad, ya que su alma se movía rápidamente al siguiente estímulo”
No obstante, la primera referencia relacionada con el trastorno hiperactivo se atribuye a George Still en el año 1902, donde considera que el trastorno es debido a que los niños tienen déficit en inhibir su conducta y no adherirse a las normas que rigen el manejo y la etiqueta sociales, así como los principios morales de la época, por lo que la consideró como un defecto en ese renglón y lo denominó “defecto moral del carácter”. 1
El TDAH es un trastorno que se caracteriza por síntomas de inatención, impulsividad e hiperactividad que conllevan una repercusión funcional en el paciente; a menudo, este trastorno va asociado a otros síntomas, como:
- Dificultades en el manejo del enojo
- Baja tolerancia a la frustración
- Sintomatología comórbida1 de ansiedad
- Depresión
Aunque el TDAH aparece en la infancia, entre 50 y 65 % de niños continuarán presentando síntomas y repercusión del trastorno durante la adolescencia y etapa adulta (Langley et al., 2010, en Vidal, R. 2015). Por otro lado, el TDA suele relacionarse e incluso confundirse con una situación de retraso mental, pues los síntomas radican en:
- Inatención
- Afectación en las funciones ejecutivas
- Déficit para realizar actividades
- Dificultad para responder a determinados estímulos
- Planificar y organizar acciones
- Capacidad de reflexión disminuida
- Pierde u olvida cosas o situaciones, incluyendo las que son parte de su rutina
El TDAH y el TDA son considerados como alteraciones en el neurodesarrollo que suelen presentarse durante la infancia y extenderse hacia la adolescencia y etapa adulta; con ello se incrementa la complejidad de su tratamiento, pues suele existir una disminución en la adherencia terapéutica en etapas que ascienden la adolescencia, esto se debe a que en teoría han adquirido mayor independencia, se han acostumbrado a lo que les ocurre, o bien, existen menos fuentes externas que les reflejen su problemática; sin embargo, también se ven en la vulnerabilidad de restar o desgastar sus redes de apoyo, lo que los lleva a complicaciones en sus relaciones afectivas.
Recordemos que el TDAH y TDA son trastornos de origen multicausal , es decir, no existe una sola causa para desarrollarlos, más bien existen distintos elementos que influyen en ello, hoy en día hay estudios que proponen la correlación con un componente genético que puede ser incluso hereditario, dejando una mayor predisposición a desarrollarlo en caso de contar con familiares directos que hayan tenido estos trastornos. Así encontramos que se detectan genes que tienen funciones específicas relacionadas con neurotransmisores en los receptores, proteínas transportadoras que tienen mutaciones alélicas que se asocian a una disminución del grosor de algunas zonas en el cerebro y un fallo en la activación.
Entre otros factores que influyen en el desarrollo de dichos trastornos se encuentran:
- Estructura y función cerebral
- Complicaciones durante el parto (hipoxia cerebral, bajo peso al nacer, sufrimiento fetal)
- Tabaquismo
- Consumo de sustancias psicoactivas
- Alcoholismo
1. Rangel Araiza, J. F. (2014). El trastorno por déficit de atención con y sin hiperactividad (TDA-H) y la violencia: Revisión de la bibliografía. Salud Mental, 37(1), 75. https://doi.org/10.17711/sm.0185-3325.2014.009
Bibliografía
Vidal, R. (2015). Abordaje psicológico de adolescentes y jóvenes con TDAH Psychological treatment for adolescents and youth with ADHD. REVISTA IBEROAMERICANA DE PSICOSOMÁTICA, 15-23.
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