Reconociendo el burnout académico
Psic. Genaro Díaz Domínguez – Cédula profesional: 8551730
El síndrome de Burnout o “estar quemado” es un tipo de estrés crónico; su nombre hace referencia a las lesiones por quemadura en la piel. Cuando una persona se produce una quemadura, dicha zona queda lastimada y con hipersensibilidad, donde con el más leve contacto produce dolor, molestia o irritación difícil de calmar.
Lo mismo ocurre cuando una persona ha vivido con estrés laboral o escolar crónico, las “lesiones emocionales” producidas hacen que la persona se sienta agotada emocional y físicamente, despersonalizada1 y con la idea de que es inadecuada o incapaz para el trabajo o la escuela. Estas tres características básicas del burnout traen consecuencias conductuales, emocionales, psicofisiológicas y escolares.
Cuando se escucha burnout, de inmediato se piensa en estrés laboral; sin embargo, recientes estudios muestran que las presiones que viven los estudiantes universitarios pueden originar este síndrome. Entre los factores que desencadenan burnout universitario se encuentran los organizacionales de la escuela, como las cargas excesivas de tareas y asignaciones, la desmedida burocracia para trámites, malos tratos administrativos, problemas económicos que pueden incluir la falta de apoyo como becas, la nula equidad y exceso de rigor en las evaluaciones, y profesores poco comprometidos o capacitados, entre algunos otros. Sin embargo, también es importante destacar los factores sociales y personales que aumentan el riesgo de este síndrome. Factores sociales como malas relaciones alumno-profesor, poco compañerismo, conflictos entre pares y la escasa participación en actividades culturales o recreativas, además del poco apoyo familiar y de amistades.
Los factores individuales que hacen más propenso a un estudiante tener burnout son:
- Baja autoestima y autoeficacia
- Locus de control externo2
- Estilo de afrontamiento pasivo ante el estrés
- Neuroticismo3
- Expectativas irreales e inalcanzables acerca de los estudios, calificaciones y los logros por alcanzar
Cualquier persona puede padecerlo, pero estas características aumentan el riesgo.
Aunado a lo anterior, las consecuencias que se han encontrado del burnout académico, en caso de no ser tratado, pueden identificarse en aspectos académicos y profesionales tales como:
- Baja en el rendimiento académico
- Deserción escolar
- Insatisfacción profesional y menores expectativas de éxito en la vida laboral
- Afectaciones a la salud física y mental de los estudiantes
Esto último se refiere a problemas de ansiedad y depresión, consumo de sustancias, diferentes tipos de dolores (cabeza, espalda, gastrointestinales, etc.), problemas de sueño, aislamiento, irritabilidad, disminución de la función inmunológica provocando enfermedades virales y respiratorias.
Si tienes interés en saber si vives con burnout, puedes hacerte las siguientes preguntas: De un tiempo a la fecha.
Si respondes que sí a estas preguntas, acude con un especialista de la salud mental.
Existen factores que previenen el burnout académico, como la inteligencia emocional4 y el egagement5 . Estos dos protectores del estrés pueden trabajarse con ayuda profesional, además, en caso de que ya lo padezcas, puedes recurrir al apoyo psicológico para recibir intervenciones que te ayuden a adquirir nuevas estrategias para afrontar el estrés general, las cuales incluyen reestructuración cognitiva para cambiar los pensamientos, creencias y expectativas acerca de las situaciones estresantes; técnicas fisiológicas que buscan reducir la activación y que pueden incluir el control de la respiración y relajación; y técnicas conductuales que buscan promover conductas que facilitan la solución y prevención de conflictos sociales, como es el entrenamiento asertivo, las habilidades sociales o la solución de problemas.
Sea que quieras desarrollar protección o ya te encuentres con cierto nivel de burnout, es importante el apoyo psicológico para cuidar de tu salud mental y física y así lograr tus objetivos profesionales y de sentido de vida.
En el Centro SIMI de Salud Emocional puedes ser orientado de manera gratuita las 24 horas de los 365 días del año, llamando al 800 911 3232 o al correo centrodiagnostico@simisae.com.mx
[1] Actitud que surge para protegerse del cansancio emocional, donde la persona busca distanciarse de los compañeros con una actitud pesimista, cínica, fría e irritable; deshumanizando sus relaciones sociales y culpando a los demás por sus frustraciones.
[2] Término que hace referencia a la percepción que tienen las personas de que su vida está controlada por factores externos independientes a sí mismo y sobre los cuales no tiene ninguna influencia.
[3] Rasgo psicológico que presentan las personas con tendencia a la inseguridad e inestabilidad emocional, preocupaciones y tensión constante, con tendencia a la culpabilidad y a la somatización.
[4] Habilidad para percibir, asimilar, comprender y regular las emociones propias y las de otras personas.
[5] Término considerado como el opuesto teórico al burnout, consiste en un estado mental positivo sobre los estudios, caracterizado por el vigor en las tareas, altos niveles de dedicación a los estudios y un estado de absorción, es decir, un estado placentero de inmersión donde el tiempo “pasa volando”, debido al alto disfrute y concentración.
Bibliografía
Caballero D., C. C., & Breso, E. (2015). Burnout in university students. Psicología Desde El Caribe, 32(3), 89-108. https://doi.org/10.14482/psdc.32.3.6217
Floría, P. M. (2013). Control del estrés laboral. Alianza Editorial.
Martínez Pérez, A. (2010). El síndrome de Burnout. Evolución conceptual y estado actual de la cuestión. Vivat Academia. Revista de Comunicación, 42-80. https://doi.org/10.15178/va.2010.112.42-80
Maslach, C. (2008). Comprendiendo el Burnout. Ciencia & trabajo, 32, 37-43. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3013987
Ricardo, Y. R., & Paneque, F. R. R. (2013). Burnout estudiantil universitario. Conceptualización y estudio. Salud mental, 36(4), 337-345.
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